Como materia prima, es un material cristalino (sulfato de calcio hidratado) de color blanquecino translúcido, densidad 2.350 kg/m3 y dureza 2.3-2.5 grados en la escala Mhos.
Se presenta en la naturaleza en forma de bolos disformes y tamaños irregulares a una profundidad variables, mezclado con otros materiales tipo margas y arcillas que protegen al propio alabastro de agentes externos.
Las principales reservas de alabastro se encuentran en España a lo largo de la ribera del río Ebro situado entre la localidad zaragozana de Fuentes de Ebro y la turolense Albalate del Arzobispo, y en Italia en los alrededores de Pisa. La extracción se hace en general a cielo abierto, con sistemas no agresivos que deben proteger la integridad del material, tanto su homogeneidad y entereza como su cristalinidad y veteado natural.
Los productos obtenidos a partir del alabastro han tenido una evolución histórica muy diversa; inicialmente los egipcios, los griegos y también los chinos lo usaron para productos de artesanía. Posteriormente en España en retablos escultóricos de iglesias y monasterios. A principios del siglo XX, diseñadores del Art-Deco y Art-Nouveau lo usaron pro primera vez como difusores de luz en diseño de lámparas decorativas, aprovechando su transparencia y veteado natural.
El veteado natural del alabastro que convierte en "pieza única" a cada pieza, junto con la elaboración artesanal y la belleza conceptual, ha entrado con fuerza en el interiorismo y la decoración en jardinería.